- 04 JULIO 2017
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Tramos en los que realizar actuaciones puntuales para obtener carreteras que perdonan, desglosados por CCAA y provincias.
Una inversión de 730 millones en 1.121 kilómetros en la red convencional evitaría 69 fallecidos y más de 200 heridos en tres años, según informe de la AEC
La Asociación Española de la Carretera propone en su estudio, como medidas complementarias a las campañas de concienciación ciudadana, actuaciones en 73 tramos de vías convencionales con el índice de peligrosidad y tráfico más elevados para compensar los previsibles errores humanos que se pueden producir en los mismos.
En el trabajo se estima, además, que los accidentes en la red convencional tienen un coste de 2.120 millones de euros anuales para el conjunto de la sociedad y que estas medidas ahorrarían 144 millones solo en gasto sanitario.
4 de julio de 2017. Con una inversión de 730 millones de euros en un total de 1.121 kilómetros de carreteras convencionales se lograrían evitar 69 fallecidos y 212 heridos en tres años, según concluye un informe presentado hoy por la Asociación Española de la Carretera (AEC) y la Asociación de Empresas Constructoras y Concesionarias de Infraestructuras (SEOPAN). El trabajo, titulado “Seguridad en carreteras convencionales: un reto prioritario de cara al 2020”, propone desarrollar actuaciones en 73 tramos de vías de la red convencional con índices de peligrosidad y tráfico elevados, planteando tres tipos de actuaciones capaces de compensar los errores humanos que puedan producirse en este tipo de carreteras, complementando así las actuales medidas de concienciación ciudadana.
Según explica Jacobo Díaz, director general de la AEC, “el informe está centrado en carreteras convencionales, ya que éstas concentran la mayor parte de la accidentalidad”. En 2015, según las cifras publicadas por la Dirección General de Tráfico, 8 de cada 10 fallecidos en carretera se produjeron en este tipo de vía, a lo que el portavoz de la AEC argumenta: “Las carreteras convencionales representan el 90% del total de red viaria española y por ellas circula el 40% del tráfico con lo que resulta vital proponer, implantar y controlar acciones específicas en ellas orientadas a la reducción del número de accidentes y sus consecuencias”.
El informe distingue entre tres tipos de actuaciones a realizar según el problema detectado.
Para los 19 tramos de carretera con elevada accidentalidad por salida de vía, se propone como solución diseñar carreteras que perdonan los errores humanos durante la conducción. Estas carreteras permitirían disminuir la probabilidad de accidente, generando un entorno más seguro para los usuarios a través de la delimitación de los márgenes de las carreteras o mejoras de la adherencia del pavimento, al tiempo que podrían reducir las consecuencias de los siniestros, dotando a la carretera de una “zona de seguridad” en su margen, suavizando las pendientes de los taludes laterales y eliminando o protegiendo, según el caso, los obstáculos laterales del borde de la calzada.
Para los 42 tramos de vía de especial peligrosidad se proponen mejoras relacionadas con la seguridad vial, distinguiéndose entre medidas de bajo coste -instalación de bandas sonoras, limitación de adelantamientos o señalización inteligente en cruces peligrosos- y medidas de mayor envergadura -por ejemplo, la ejecución de circunvalaciones en poblaciones, que reducirían, de media, un 25% los accidentes con víctimas-.
Para los 12 tramos de vía con accidentalidad por impacto frontal y fronto-lateral se propone implantar carreteras 2+1, desarrolladas con éxito en Alemania, Finlandia y Suecia, donde el ratio de accidentalidad se ha reducido entre el 22% y 55%, respectivamente. Ésta última sería una medida continua y, las dos primeras, medidas puntuales.
En palabras de Jacobo Díaz, “al sufrimiento provocado por una invalidez permanente o la pérdida de un familiar en un accidente de tráfico, que no puede ser evaluado económicamente, hay que sumar que, para toda la sociedad, los efectos de los siniestros de circulación tienen un coste muy elevado”. En el trabajo se estima que los accidentes representan un gasto de 2.120 millones de euros anuales, que, con la realización de estas actuaciones, podrían reducirse en 144 millones solo en lo relativo a costes sanitarios.
Según se indica en el informe, en 2015 la cifra de víctimas por accidentes dejó de reducirse, estancándose en 31.884 -con un coste de 2.120 millones de euros para el conjunto de la sociedad-, a lo que el Presidente de SEOPAN, Julián Núñez, apunta “que la tendencia a la baja en la reducción del número de accidentes se haya congelado podría indicar que el efecto de las medidas disuasorias y campañas informativas podrían estar tocando techo”. “Ante ello, -continúa Núñez- es vital acometer otro tipo de actuaciones adicionales y centradas en la infraestructura que anticipen el error humano y sean capaces de corregirlo o paliar sus consecuencias”.