Fuente y foto: MAPAMA
El incendio forestal de León afectó a un total de 2.500 hectáreas de superficie forestal de gran valor ecológico, de las cuales 2.406 estaban catalogadas de utilidad pública
Los incendios de Orense afectaron a casi 3.000 hectáreas de superficie forestal, de las cuales 580 correspondían a superficie arbolada
Los trabajos de restauración forestal y medioambiental supondrán una inversión de 900.000 euros
El Consejo de Ministros ha aprobado hoy, a propuesta del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, las actuaciones de emergencia para la restauración forestal y medioambiental de las áreas afectadas por los incendios forestales en Fabero, Páramo del Sil y Peranzanes en León y en los términos municipales de Oímbra y Cualedro en Orense, por un presupuesto total de 900.000 euros.
El incendio forestal de León, ocurrido el pasado 20 de septiembre, afectó a 2.500 hectáreas de superficie forestal de gran valor ecológico, de las cuales 2.406 estaban catalogadas de utilidad pública, correspondiendo 815 hectáreas a especies como Quercus pirenaica, Pinus sylvestris o Castanea sativa, en los términos municipales de Fabero, Páramo de Sil y Peranzares.
Unas zonas en las que han quedado destruidos importantes valores naturales utilizados en mayor o menor medida por el urogallo cantábrico y el oso pardo, además de espacios protegidos de la Red Natura 2000, como la ZEC y ZEPA en la Sierra de Ancares.
El objetivo principal de la restauración es disminuir la erosión y la escorrentía superficial para minimizar la pérdida de suelo, el aumento de caudales sólidos y los potenciales daños ante lluvias torrenciales, así como evitar la proliferación de plagas. Para ello  es necesario retirar de manera inmediata la madera quemada y los restos que impiden la regeneración. Los trabajos de esta actuación supondrán una inversión de 500.000 euros
En Orense, dos incendios forestalesdeclarado el 6 y el 12 de septiembre pasados,  en los términos municipales de Oímbra y Cualedro, afectaron a casi 3.000 hectáreas de superficie forestal, de las cuales 580 correspondían a superficie arbolada.
Estos incendios acarrean repercusiones negativas como la degradación del suelo, y la pérdida de capacidad ambiental y productiva, así como el riesgo de arrastres que, además de provocar la denudación del suelo, afectarían a los cursos de agua de los que se suministran sistemas de abastecimiento humano y de regadío de zonas agrícolas.
Además de la perdida intrínseca del valor ecológico y económico del sistema forestal afectado, la eliminación de la función protectora de la vegetación origina el desencadenamiento o aceleración de procesos de erosión, especialmente en localizaciones con fuertes pendientes y en suelos erosionables, que son característicos de la orografía de la zona.
Por ello, el objetivo de la actuación, que contará con un presupuesto de 400.000 euros, es evitar las plagas y los procesos erosivos como consecuencia de la pérdida de cubierta vegetal facilitando la futura restauración de los bosques existentes previamente al incendio.
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