El enclave es tan “carretero” que fue una casilla de peones camineros, a la que un milagro convirtió en Ermita dedicada a nuestro patrón Santo Domingo de la Calzada.
Está situada a pocos kilómetros al norte de Palencia, junto al Puente de Don Guarín que cruza la carretera autonómica CL- 615, sobre el Rio Carrión y junto a la Autovía también autonómica A-65 de “Tierra de Campos”.
Allí había una casilla de camineros medio derruida, que la Hermandad de Santo Domingo de la Calzada de Castilla Y León ha restaurado con mimo y convertido en lo que hoy es una primorosa ermita, donde se honra al Santo y donde cada 12 de mayo se le hace una misa, se le procesiona por los alrededores de su Tierra de Campos y se homenajea a un contratista y a un ingeniero que se hayan distinguido por su contribución a la Obra Pública y la celebración se remata con unos torreznos y lechazo en el gran mesón de la cercana Villalcazar de Sirga.
Este 12 de mayo de 2024 se ha celebrado el 25 aniversario de la Hermandad, pues el Obispo de la Diócesis de Palencia bendijo la ermita en octubre de 1999, en honor de nuestro Santo Patrón Santo Domingo de la Calzada y a su vez dio el nombre de Santa María de los Caminantes a la imagen de la Virgen María situada junto al altar
Pues bien está que nosotros dediquemos a la Obra Pública, nuestro saber, que siempre será escaso para la inmensidad de la tarea, pero tratándose de obra que ha servir a los demás, es obligado poner en el empeño bastante virtud, hoy poco a la moda y que no parece enseñarse, de ahí que Santo Domingo que anduvo sobrado de ella, sea para todos nosotros un espléndido ejemplo a seguir.
Ya puestos a señalar virtudes es bueno recordar que el santo hizo muchos milagros que están muy detalladamente descritros en la historia del Santo, intitulada Abrahán de la Rioja, escrita por el Doctor Don José González Tejada, que cuenta los siguientes:
El del buey que se tumbó sobre el Sepulcro de Domingo y no pudo levantarse, de lo que queda la tradición de llevar los labradores la antevíspera del Santo carros de ramos verdes tirados precisamente de bueyes, con los cuales pasean la ciudad y andan por delante de la Santa Iglesia, pero no entran en ella, como lo harían en tiempo del Señor Tejada.
El del Caballero Francés poseído por el demonio que, al pasar por la Calzada oyeron sus criados las maravillas que obraba Dios por medio del glorioso Domingo, le llevaron al caballero a su sepulcro y al punto quedó libre, prosiguió su romería a Compostela, donde visitó al Santo Apóstol; y volviendo a la Calzada, entró de rodillas desde el puente hasta el Sepulcro del nuestro, en reconocimiento del incomparable beneficio, que por su intercesión había recibido. En memoria de este milagro, se hace una solemne procesión al altar del Santo la víspera de su fiesta, y en su presencia se canta una colecta, que contiene todo el suceso.
En 1367 el rey D. Pedro el Cruel quiso destruir la Ciudad de la Calzada, pero los vecinos se juntaron en su Iglesia, eclesiásticos y seculares, con su Ilustrísimo Obispo Don Roberto. Expusieron al Santo la necesidad y apuro en que se hallaban, ofreciéndole sus votos. El Santo sacó y elevó las manos, cuando el rey Don Pedro y todos sus soldados quedaron ciegos. El Cruel reconoció que el Santo castigaba su arrojo; y pidiéndole perdón los vecinos suplicaron a su patrón les restituyese la vista.
Antonio Cramor natural de Lombardía vivió algunos años en España y volviendo con su mujer y familia a su país dispuso el viaje por la Calzada. Media legua le faltaba para llegar a la ciudad, cuando en brazos de su Consorte vio expirar un niño, hijo de ambos. El Padre, que como soldado que había sido del rey Don Pedro tenía experiencia del valimiento de Santo Domingo con el Señor, le invocó en su favor, esperando el remedio por su mano.Apenas acabó de llamarle vio a su hijo vuelto a la vida, poniéndose al mismo tiempo una estrella sobre su sepulcro, que lo señalaba por autor del Milagro.
El del mancebo natural de la Rioja prendido por los moros, a cuyo amo, el guarda, dijo que el cautivo ha de ir de la prisión por la intercesión de Santo Domingo de la Calzada, a lo que respondió el amo en tono de risa: «Si tu le tienes preso de la suerte que yo poco ha lo dejé, así se podrá él soltar de las prisiones, como este gallo asado puede levantarse, y volar». El gallo se vistió de plumas blancas se levantó y empezó a cantar en la mesa. Quedaron todos atónitos, y dieron por cierta la libertad del Cautivo, como lo acreditó el hecho; pues bajando al calabozo lo hallaron lleno de resplandores, que Domingo había dejado al tiempo de sacar a su devoto.
Algunos han querido confundir este milagro con el famoso del gallo y la gallina, cuyas circunstancias son muy semejantes; pero en la realidad son distintos y como tales los refieren los principales historiadores de nuestro Santo, aunque varían algo en el modo.
El más celebre milagro famoso del gallo y la gallina
En la Villa de Santos del Reino de Francia, Arzobispado de Colonia, vivían por los años de mil y cuatrocientos marido y mujer con un hijo, mancebo de bellísima disposición y aspecto. De peregrinación a visitar el cuerpo del Apóstol Santiago, llegaron los tres peregrinos a la ciudad de la Calzada, visitaron devotos al Santo y luego se hospedaron en un Mesón, cuyos Dueños tenían una hija de más hermosura que honestidad que se enamoró del mozo rogándole con encarecidas lágrimas se dignase usar de su persona.
El mancebo la rechazó y la moza para vengarse puso en el zurrón del inocente la taza de plata con que bebían los huéspedes y dio voces que le habían robado la taza y que no podía ser otro el ladrón que el mancebo peregrino, que fue ahorcado. Los padres llegaron a Compostela, visitaron el cuerpo del Santo Apóstol y de vuelta a su patria, estando en la Calzada, la madre que quiso ver a su hijo, que le dijo: «Madre mía, ¿para qué me lloráis muerto, supuesto que dichoso vivo? El Bienaventurado Santo Domingo de la Calzada me ha conservado la vida contra el riguroso cordel». Le fueron corriendo a dar cuenta del milagro al corregidor de la Ciudad que estaba comiendo con su familia; con el cuchillo en la mano para trinchar un gallo y una gallina, asados en el plato. Refirieron los peregrinos el prodigio y riéndose el corregidor de la que juzgaba simplicidad, dijo a la madre estas palabras: «Así vive tu hijo, a quien yo mandé ahorcar, como este gallo y gallina que, pelados y lardeados, están para ser sepultados en nuestros estómagos». ¡Rara maravilla! Al punto de querer aplicar el cuchillo resucitaron las dos aves, se vistieron de plumas blancas y puestas en pie sobre el plato en que yacían empezó a cantar el gallo.
De ahí el dicho: “Santo Domingo de la Calzada donde cantó la gallina después de asada”.
Y el de momento último milagro:
La reconversión de casilla de camineros en Ermita, la hicieron Luis Turrion y Jesús González, homenajeados en 2023 y la energía y buen hacer del ingeniero de caminos Emiliano Alonso Ortiz, evito que se liquidara la hermandad que hoy preside y que ha contado con la valiosa colaboración de sus miembros hermanados, de la Cámara de Contratistas y del Colegio de Ingenieros de Caminos de Castilla y león, cuyos presidente y decano, la acompañan siempre, este año, D Enrique Pascual y D Jorge Lucas, así como hay que agradecer el amparo de la Junta de Castilla y León, cuya consejera de movilidad y transformación digital, la también caminera María Gonzalez Corral, ha tenido la gentileza de acompañarnos en esta edición.
Todos los años se homenajea a un contratista y a un Ingeniero, distinguidos por su contribución a la Obra Pública, en 2023, lo fueron Jesús González y Luis Turrión a quienes hay que agradecer su gran colaboración en la reconstrucción de la Ermita, y este año 2024 lo han sido Jose María Toribio y Joe Luis González Vallve, que han dedicado sus vidas empresarial y profesional a la obra pública y creemos han intentado seguir el ejemplo de Santo Domingo de la Calzada en el servicio la Comunidad.
FUENTE: colegiocaminos.es
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